En esta escena de la comedia británica El Diario de Bridget Jones, podemos observar cómo se construye y relaciona un personaje de bajo estatus en una situación corriente de la vida cotidiana: una comida en casa de su madre. El estatus se refleja en su forma de caminar, de cargar con bártulos inútiles, de dejarse vestir con ropa ridícula. También se percibe en su compulsión por el tabaco y la bebida, en su postura y nerviosismo al hablar, y en la forma en que la tratan su madre, las vecinas, el vecino baboso y el guapo casadero, a través de sus posturas, miradas, gestos y comentarios.