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LA ACEPTACIÓN : “Sí, y…”

La aceptación es la base de todo el teatro de improvisación. Se resume con la fórmula: “Sí, y…Sí”: Cuando un improvisador/a hace una “propuesta” (por ejemplo, “Mira qué amanecer tan bello tiene el planeta Marte”), su compañero/a debe aceptarla para permitir que se desarrolle la historia.

El sí no tiene por que ser explícito, se trata de seguir la corriente al compañero/a, en vez de llevarle la contraria o bloquear su propuesta. En el ejemplo anterior, se trata de aceptar que ambos improvisadores están en el planeta Marte en el momento del amanecer.

Y…”: La segunda parte de la fórmula “Sí, y” es el “y…”. El compañero/a, además de aceptar la propuesta de su compañero/a, tiene que aportar otra idea nueva relacionada con la propuesta anterior, para poder desencadenar nuevas acciones. En nuestro ejemplo, además de aceptar que está en el planeta Marte, puede proponer cosas como:

¡Bellísimo, sublime!… ¡Corre! ¡A esta hora salen las hormigas marcianas a devorar turistas”.

Lo contrario de aceptar es bloquear la propuesta. Por ejemplo:

Qué dices, estás en mi dormitorio naranja y esa es mi nueva lámpara de IKEA, mejor deja los tripis”.

Este tipo de bloqueos pueden hacer reír al principio, pero obstaculizan la acción y acaban por cansar al público, que lo que quiere es que le cuenten una historia. Para ello tiene que quedar muy claro rápidamente quienes son los personajes, dónde están y qué cosas les van a pasar, sin cambiar constantemente de idea, universo o personajes.

EL TRABAJO EN EQUIPO: GENEROSIDAD Y CONFIANZA

En “impro” se trabaja en relación al “otro” (los compañeros/as), para crear la historia, sin imponer un personaje, una situación o una idea como “la mejor”. Se desarrolla la confianza en las aportaciones propias y de los compañeros/as y en la capacidad de decisión propia y ajena. Los mejores improvisadores son los más generosos: no buscan un lucimiento personal sino el buen desarrollo de la historia. Trabajan para ayudar a los otros/as a sacar adelante la improvisación.

LA ESCUCHA, LA ATENCIÓN, Y LA CONCENTRACIÓN EN EL AQUÍ Y AHORA

La creación a veces es tan rápida en escena que es necesario abrir todos los sentidos para darse cuenta de los estímulos del entorno (ruidos, gestos, objetos, frases de los compañeros, llamadas del público, cosas que ocurren al azar…), para aprovecharlos y crear a partir de ellos.

A través de diversos juegos de atención y concentración, el improvisaror/a aprende a darse cuenta de TODO lo que sucede alrededor, pero también discrimina y TOMA LO NECESARIO para su juego o historia. Así entrena un constante ESTAR AQUÍ Y AHORA en el escenario

LA ESPONTANEIDAD

La impro entrena la espontaneidad de los participantes brindando juegos que invitan a dejar salir la primera cosa que se nos pasa por la cabeza, y a burlar el censor interno que nos hace pensar demasiado las cosas y a desechar ideas por exceso de autocrítica, miedo o vergüenza. Cuanto más nos entrenemos en usar estas ideas espontáneas, más fluidas saldrán nuestas improvisaciones.

NO JUZGARSE NI JUZGAR A OTROS, Y TRABAJAR CON EL ERROR

En impro se inventan las historias sobre la marcha, de manera inmediata, sin ensayar ni planificar. Por eso es liberador sacudirse “la culpa” de pensar que se hizo algo “incorrecto”, o que el grupo o el compañero/a lo hizo “mal”.

Además de la inutilidad de este sentimiento, no hay tiempo de detenerse a cuestionar las ideas propias o ajenas. Simplemente se usan y se trabaja a partir de ellas, disfrutando en el proceso.

LA CAPACIDAD DE DECISIÓN INMEDIATA

En impro la historia se va construyendo sobre la marcha: es una historia única que no volverá a repetirse. El improvisador/a es un valiente que se lanza al vacío con decisión, sin saber lo que ocurrirá en escena. Así entrena su capacidad de decisión y su espontaneidad.

LA CREACIÓN DE HISTORIAS

Numerosos juegos de “impro” entrenan a los improvisadores/as para comprender y utilizar como plantilla para la creación de historias la estructura narrativa en tres partes o tres actos: el planteamiento, el nudo y el desenlace. Esta estructura se usa en la gran mayoría de historias, desde las grandes tragedias griegas a los cuentos populares, de la mayoría de películas a las series televisivas, por su probada eficacia para captar el interés del lector o espectador. Sobre este tema prepararemos otra ficha como esta para una próxima sesión, para que sirva de referencia.

EL DISFRUTE POR EL JUEGO

2Gracias al juego los niños conocen el mundo y aprenden a vivir. El niño no teme al fracaso en caso de que el juego salga “mal”: no hay juicio, solo gozo. Por eso este es el método de investigación preferido de la “impro”. Así se genera espontaneidad , atención, entusiasmo y placer, y la actividad se pone al servicio de la persona.

FUENTES:

Johnstone, Keith (1990): IMPRO: La Improvisación y el Teatro. Buenos Aires: Editorial Cuatro Vientos.

Rangel Franco, Ariadna; Ibarra partida, Karla Ana (2014). “La Técnica de la Improvisación”. México DF.

 

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